Plegaria para pirómanos - TIZÓN, ELOY

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Editorial: PÁGINAS DE ESPUMA - 192 páginas

Leer a Eloy Tizón es adentrarse en el mejor cuento español contemporáneo por la puerta grande. Con esta premisa, Plegaria para pirómanos conjuga como ningún otro libro del autor el hallazgo y la epifanía de su estilo único e inconfundible con la ruptura de lo establecido en el género y la indagación de otros principios. Nueve cuentos entrelazados por los destellos breves, por las ausencias perennes, por el afán cotidiano, por la búsqueda creativa, por la evidencia de la vida misma de unos personajes que esperan, de una posible memoria y biografía propias y reconocibles en una escritura que es súplica e incendio, en una literatura que nos quema. La vida entre las manos de Eloy Tizón.

Eloy Tizón (Madrid, 1964) ha publicado en Anagrama Velocidad de los jardines (1992), elegido por El País como «uno de los 100 libros españoles más signifi­cativos de los últimos 25 años» y seleccionado por la revista Quimera entre «los mejores libros de cuentos de la literatura española del siglo XX.» También es autor de las novelas Seda salvaje (1995, finalista del Premio Herralde), Labia (2001), La voz cantante (2004) y Parpadeos (2006), todas ellas recibidas con una entusiasta aco­gida crítica: «Desde el principio, Eloy Tizón parecía destinado a aceptar los mayores desafíos. Un ejerci­cio de metaliteratura de primera magnitud. Y sigo creyendo que dada la brillantez de este excepcional escritor, debería verse mejor recompensado por la lectura masiva que su calidad merece» (Rafael Con­te, El País); «Prosa elegante y concisa, inteligente sin exhibicionismo, provocadora sin estridencias. Una escritura corrosiva, pero también angélica» (J. A. Masoliver Ródenas, La Vanguardia); «Eloy Tizón cuenta con maestría, con sobriedad ejemplar, inclu­so con modélico laconismo, y con prosa inventiva, nunca tópica ni plana, que no se deroga en vanas or­namentaciones; es dueño siempre de la narración, pues controla con sabiduría sus tempos, sus ritmos, evita la monotonía, sabe ser divertido, evita el pate­tismo, orilla la grandilocuencia, destila suave humor. Ratifica con La voz cantante sus condiciones de ex­celente, riguroso narrador, que a su edad puede dar mucho de sí» (Miguel García-Posada, ABC); «La voz cantante es una bellísima novela, una lección de literatura con mayúsculas iluminada a cada paso por la hoguera de la imaginación lírica. Y un texto, sobre todo, que sitúa a Eloy Tizón como uno de los pocos narradores del panorama actual dispuestos a jugar hasta el final la baza del inconformismo, la experi­mentación y el compromiso con la literatura» (Ángel Zapata, Muface).